Habiendo ya perdido a sus padres por culpa del cáncer en edades tempranas, otra de sus primas fue diagnosticada de cáncer de mama, dando positivo para la mutación genética Brca2.

Con su diagnóstico, la familia al completo decidió someterse a las pruebas genéticas, y las tres primas resultaron portadoras también.

Conocedoras de primera mano de lo difícil que es enfrentarse a un cáncer, y por miedo a vivir lo que vivieron sus padres, decidieron someterse a las cirugías de prevención.
Juntas pasaron por la salpingo-oferoctomía y por una doble mastectomía con reconstrucción mamaria. Recorrieron juntas el camino de la prevención, apoyándose las unas a las otras, sintiéndose dichosas por tener cerca otras mujeres que comprendían su proceso.

Tras recuperarse de las operaciones, sintieron la necesidad de crear una comunidad de apoyo para todas aquellas personas que estuvieran en su misma situación. Un lugar donde recibir información, comprensión y empatía. Un lugar donde cualquier persona portadora encuentre una mano amiga para recorrer este camino acompañadas como ellas lo hicieron.

Tras la creación de esta comunidad, y escuchar a otras personas portadoras, descubrieron las necesidades e inconvenientes que se encontraban con frecuencia a lo largo del camino, y de la gran desinformación que había entorno a la mutación, por lo que decidieron ir más allá, y crearon MiraT, una asociación para la prevención del cáncer hereditario por BRCA.

A través de su actividad, luchan por dar a conocer las diferentes mutaciones para que la información llegue a las familias antes que el cáncer, informan a las personas portadoras de las opciones de prevención para que participen en la toma de decisiones de forma proactiva, y les acompañan en este difícil camino que nadie debería transitar en soledad.